Feliz Año Nuevo


C
uando se encontró aquella carta, cuidadosamente doblada sobre la mesa del comedor, prefirió no abrirla. Aunque era lo último que hubiera esperado, ya se temía lo que iba a leer en ella. Recordó que él, siempre tan cuidadoso en las formas, decía que es poco elegante terminar una relación por WhatsApp. 
    Tras varios días resistiéndose a aceptarlo, reunió el valor suficiente y sin ni siquiera leerlo, rompió aquel folio en dos, en cuatro, en ocho trozos. Así hasta convertir aquel texto contaminado de traición en un montón de palabras rotas, en desengaño hecho trizas. Luego, descorchó la botella reservada para la ocasión que, festiva, dejó escapar su impaciente bocanada de espuma y llenó una copa que no pensaba beberse para elevarla en un brindis solitario mientras lanzaba, por encima de su cabeza, los minúsculos trocitos de papel. Acariciándose el vientre bajo la breve lluvia de confeti, se deseó a sí misma, en ese día de septiembre, un feliz Año Nuevo.

Publicado en estanochetecuento.com
Imagen: Pixabay

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