Encadenados


 


 
Arturo mañana no trabaja. Él, que quiso ser un gran chef y tener su propio restaurante con estrella Michelín, lleva años en el mismo bar sirviendo bocadillos de calamares y aguantando a un tipo que por ser el dueño se cree con derecho a escupirle diariamente su constante malhumor. Arturo está casado con Marta, una mujer que estudió Interiorismo y terminó atrapada en un piso de cincuenta metros soportando a un marido que huele a fritanga y está acostumbrado a lanzar contra ella su enojo de perdedor. Ambos tienen un hijo, al que llaman Javi, cuyo sueño es pilotar motos lejos de esa guerra que es su casa y aunque se siente hostigado por una madre siempre irritada, se alegra de haber dado con Eladio, un compañero de clase gordito y con gafas con el que puede descargar su rabia empujándole a los charcos y pateándole como a un balón. Así ha conseguido que el pobre Eladio se odie tanto a sí mismo, que haya decidido dejarse caer como una lágrima desde la azotea de su edificio. Por eso Arturo mañana no servirá bocadillos. El bar permanecerá cerrado para que su dueño pueda llorar a Eladio, su hijo menor.

Publicado en estanochetecuento.com

Relato seleccionado en la convocatoria sobre la ira/el enfado de estanochetecuento.com para ser incluido en el libro recopilatorio 2021.

Foto Pixabay

No hay comentarios: