Nieves

Nieves, que fue la chica más guapa del instituto, acabó convirtiéndose en el pibón del barrio. Era alta y rubia como las nórdicas y había quien afirmaba que tenía un cierto aire esquimal y por eso era tan fría. Porque a fría no le ganaba nadie. Puede que la cosa le viniera de familia, pensábamos, dado que sus padres eran dueños del principal comercio de congelados de la zona y de hecho ella, quizás por pura vocación, al terminar la secundaria se hizo cargo gustosa del negocio familiar. Volcada en él, despachaba su gélida mercancía y enfriaba las aspiraciones de cuantos pretendientes allí se le acercaban.  Se comentaba que no quería complicarse la vida, que iba de su casa al trabajo y que guardaba el corazón en alguna de sus neveras. 

Es probable que la culpa la tuviera el temporal que aquella mañana cubrió de blanco la ciudad, lo cierto es que cuando Candela, desafiando al mal tiempo y buscando filetes de merluza, apareció por primera vez frente al mostrador de Nieves,  ambas se miraron a los ojos y una aurora boreal pareció iluminarlas justo en el momento en que saltaba el cuadro eléctrico del local.



Publicado en estanochetecuento.com, un microrrelato inspirado en el frío. (Seleccionado para formar parte del libro recopilatorio anual 22022)

Ganador del Premio Sendero del Agua 2022.

Ganador del premio del voto popular 2022 otorgado por los participantes del blog "Estanochetecuento.com"

(Foto Freepik)

2 comentarios:

Margarita del Brezo dijo...

Me da a mí que este también va a llegar a la final "de lo que sea". Y te lo digo fríamente.

Alberto Jesús Vargas dijo...

Pues gracias por tu frío comentario, Margarita, muy a tono con el relato, y te envío un cálido saludo.