Mientras Ana
manosea la carne picada haciendo albóndigas, su marido hurga las vísceras del
cadáver al que acaba de abrir en canal. Ella es ama de casa y hace su tarea con las manos desnudas. Él, que es forense, usa guantes de látex. También el
conserje del edificio los usaba cuando limpiaba los espejos del portal o
arreglaba jardineras. Por eso tenía las manos suaves y eran suaves sus caricias.
Ana lo sabe. Su marido no. Ahora, el
conserje es un cadáver al que le están revolviendo las entrañas. Causa probable
de la muerte, suicidio. ¿Podría ser asesinato? Ana no lo sabe. Su marido,
quizás si.
Relato ganador del Certamen de Microrrelatos 2016 del Diario Sur
Relato ganador del Certamen de Microrrelatos 2016 del Diario Sur
1 comentario:
Un placer que me hayas invitado a pasar por tu casa y haberme dado la oportunidad de conocer piezas tan interesantes como esta.
Besos desde la Tierra Meiga
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