Gris

Me dejó y todo se fue volviendo tristemente gris. No sólo la serie de televisión que veíamos amartelados en el sofá terminó mal y en blanco y negro. También el hueco que dejó en nuestra cama se convirtió en una sombra plomiza y resistente al tiempo y las coladas. Incluso sus ojos perdieron ese brillo castaño al mirarme desde el portarretratos de la mesilla para adquirir la fría dureza del cemento. Melancólico, intento recuperar la fe perdida cuando, cada mañana, atrapado entre cruces, vírgenes y santos, me sigo poniendo esa sotana de siempre que ahora me parece del color de la ceniza. 

No hay comentarios: