El escultor de las glorias


Dicen que las almas de los hombres más notables que un día amaron Sevilla solían aburrirse en su eternidad gloriosa y algunas noches de luna bajaban a perderse por las callejuelas de la ciudad que tanto añoraban. Allí se reencontraban con el olor a azahar y el rumor sereno de las fuentes y conocedores de que no existe un paraíso más sublime que la mismísima Sevilla, no querían renunciar a seguir presentes para los ojos mortales de los que allí latían. Por eso fueron a buscar al escultor de las glorias llamado Antonio Susilo y él, gran artista, generoso y entregado a su taller de prodigios, no pudo por menos que darles un cuerpo preciso y mineral para que, desde las balaustradas del Palacio de San Telmo, pudieran por siempre ser recordados como personajes ilustres que, cada cual a su manera, supieron darle su luz a la infinita luz de Sevilla.

Texto escrito para "Personajes de Sevilla"  dentro de la VIII Microquedada Relatista. Sevilla, Mayo 2018

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