El niño más bonito de Occidente

Juan Rondeño, buhonero, viajaba por los pueblos en su viejo carromato. Una túnica amarilla bordada de dragones era su ropa de trabajo y se hacía llamar Chino Huang. Con su rostro de aceituna maquillado de azafrán y el contorno de los ojos alargados a pincel, ocultaba un pasado bandolero y distorsionando su acento andaluz, pregonaba maravillas traídas, decía, del oriente lejano.  Lo mismo un pai pai con frescos aires del Yangtsé, que las doradas hojas del té que devolvía esplendor de juventud o el curioso bisoñé de pelo tan natural que crecía en la cabeza del que lo llevara, cualquier cosa podía salir de su baúl. Y aunque convencido de que cargaba una maldición que le condenaba a la soledad, un buen día encontró su mirada con la de una moza trigueña fascinada por aquel exotismo ambulante y sin dudarlo, le regaló su anillo de falso topacio imperial. Juntos desde entonces, siguieron haciendo camino y a la segunda primavera, la vida les premió con el pequeño Huanguito, un niño especial, de pelo amarillo y rasgados ojitos orientales. Sin duda,para ellos, el niño más bonito de Occidente.

(Un relato con menos de 200 palabras inspirado en el color AMARILLO para estanochetecuento.com)
Este relato resultó "mencionado" por el jurado.

1 comentario:

Unknown dijo...

Genial como todos, me encanta.