Giros inesperados

La bañera se iba llenando de agua caliente y el cuarto de baño de un vapor que enturbiaba el espejo en el que había evitado mirarse. Resultaba paradójico que el día tan largamente esperado acabara siendo el mismo en el que su vida escapara en rojo por un triste sumidero. Ciertamente no era el mejor momento para que el timbre de la puerta sonara, pero ocurrió. Sabía que los guiones de nuestras vidas tienen giros inesperados. Uno la había obligado a cancelar, en apenas un par de días, la fiesta sorpresa que llevaba tanto tiempo preparando. Otro la situaba ante los de la pastelería que, rompiendo su momento dramático, se presentaban con una enorme tarta en forma de corazón y rotulada en chocolate con una frase que, dadas las circunstancias, resultaba una burla: “Felices bodas de plata”. Pagó una propina a los repartidores asumiendo su imperdonable olvido y ya sola frente al paisaje de crema, rompió en llanto o carcajada, ni ella misma lo supo, hasta que una lluvia interior la hizo correr escaleras arriba para cerrar el grifo y liberar el desagüe. Visto el estropicio, no tendría más remedio que llamar a los del seguro.

Relato finalista en el VIII concurso  de microrrelatos "El Roblón"

No hay comentarios: