Acude cada día a ver amanecer en el puerto pesquero. Dice la
gente del pueblo que desde que su él la dejó tan sola, se la puede ver al alba
esperando, con la mirada perdida en el horizonte, su imposible regreso.
Atrapada en la añoranza de un tiempo feliz, parece ignorar que el mar nunca le
devolverá al hombre que otra mujer arrebató de su orilla. Traidores, quisieron
escapar tierra adentro y tierra adentro encontraron el lugar que merecían y que
solo ella conoce. No muy lejos de la playa, a metro y medio de profundidad.
Escrito originariamente para estanochetecuento.com y reeditado.
(Foto Pixabay)
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