Intemperie

En libertad. Siempre había querido sentirse así. Vivir en la calle, dormir en cualquier lugar que le proporcionara refugio, permanecer en un continuo presente sin más propósito que conseguir lo esencial para seguir siendo. Pero hoy, al despertar, todo parecía distinto. La ciudad, su territorio, se había replegado sobre sí misma y los lugares de tránsito estaban llenos de vacío y silencio. Los habitantes, confinados en sus casas, sólo eran rostros asomados con miedo, a ventanas y terrazas, juntos en un paisaje de viñetas inconexas. Y por primera vez se sintió prisionero en su intemperie y comprendió que el aire libre se había convertido ahora en un espacio triste y cerrado.

Escrito para estanochetecuento.com, en tiempo de confinamiento.
Foto: pixabay

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