Libre. Carrera de navidad.




       
 Había estado trabajando hasta muy tarde. Como siempre se le escapó el tiempo entre datos y gráficos y cuando vino a darse cuenta eran ya pasadas las once de la noche. Reorganizó  en lo posible el caos de su mesa y apagó su equipo informático, abandonando el despacho después de comprobar que todo quedaba en orden. Ya en la calle, se subió las solapas del abrigo para protegerse de la humedad mientras se fijaba en las luces de la Navidad que, suspendidas sobre el pavimento, daban color a la noche derramando su  brillo sobre el suelo mojado por la lluvia caída durante toda la tarde. Pensó en el gasto inútil que suponía mantener encendida una iluminación netamente ornamental y más aún cuando ya ni siquiera nadie pasaba para verla. Recordó entonces el sagrado principio de la eficacia energética.

      Tuvo que caminar hasta la plaza para encontrar un taxi que, afortunadamente libre, estaba detenido en un semáforo. Tras dar las buenas noches, indicó al taxista el destino de la carrera e intentó abstraerse en la revisión de los últimos documentos que llevaba para casa, donde le esperaba una cena fría y alguna hora más de trabajo. El taxista, sin embargo, era locuaz y comenzó su monólogo. Que no le gustaban nada estas fiestas. Que si él pudiera, se iría de vacaciones a un país donde no se celebrara la Navidad y volvería cuando ya hubiese pasado, pero claro, las cosas para un currante no son tan fáciles y con lo que da el taxi uno casi no tiene derecho ni a un día de descanso. Horas sentado al volante para sacar un jornal justito. Suerte que no tenía familia ni a nadie a quien mantener. Por no saber, ni sabía el día en el que estaba ni cuándo era exactamente la Nochebuena, que como otros años, no pensaba celebrar. ¿En qué fecha estamos, por cierto? El viajero, incomodado por la charla no deseada, no pudo por menos que permitirse un cierto sentimiento compasivo ante un pobre hombre tan desarraigado como para no tener su cena de Nochebuena. Entonces, consultando en su  reloj la fecha del día que estaba a punto de terminar, contestó: Hoy es 24 de diciembre.


Obra registrada




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