Como es Nochebuena y a papá le toca
guardia en el hospital, mamá ha decidido que será mañana cuando los tres juntos
celebremos una gran comida de Navidad. Había que comprar muchas cosas y esta
misma tarde fuimos al centro comercial. Allí pude entregarle mi carta a Papá
Noel, que estaba sentado en un trono lleno de adornos recibiendo a los niños.
Vi a mamá cuchicheando cosas con él, así que seguro que le habrá pedido alguna
sorpresa para mí. Me ha dado rabia porque con tanto pensar en la caja de
pinturas no me he acordado de pedir el cuaderno de dibujo. Yo quería volver,
pero ya íbamos en el coche de regreso a casa. Así que me he acostado pronto y
sin protestar, aunque pensando en los regalos no podía dormirme. Cuando por fin
lo había conseguido, me han despertado unos ruidos raros. Me he levantado a ver
si era Papá Noel y aún estaba a tiempo de contarle lo del cuaderno. Al asomarme
al dormitorio grande, sin encender la luz, lo he visto en la cama abrazando a
mamá y moviéndose mucho. Me he venido corriendo de puntillas antes de que se
dieran cuenta, porque una vez que encontré a papá haciendo algo parecido con
mamá, me dijeron que esas eran cosas de mayores y que no hiciera más preguntas.
Ahora seguiré durmiendo y seguramente mañana, cuando encuentre mis regalos, me olvidaré de este extraño sueño.
No hay comentarios:
Publicar un comentario