Le gustaba dibujarse dibujando con
su hijo un cielo de sol y pájaros, un prado cuajado de flores, árboles frutales y un camino que lleva a una casa blanca con chimenea humeante. Hoy, sin embargo, se ha
dibujado llorando y ha llorado todo el día por el hijo que habitará por siempre en el remoto jardín de las toronjas de luna.
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