Mancha

       Esa inequívoca marca de familia que él creía haber perdido para siempre en las afiladas uñas de la mujer ante la que se declaró, años atrás, aun no preparado para ser padre, había reaparecido en la nunca de la puta a la que había pagado para que buceara entre sus piernas.  Y ahora la marca estaba en su conciencia.

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