Las hermanas Gracia vivían en la
casa más siniestra de la colonia. Siempre pálidas, tristes y huidizas, parecían
tres almas en pena deambulando por el jardín. Nunca se las vio sonreír y su
falta absoluta de encanto hizo que el vecindario, con maliciosa ironía, empezara a
conocerlas como “Las Tres Gracias”. Huérfanas de madre, las pobres muchachas llevaban una vida desdichada por culpa de su padre, un hombre cruel que las mantuvo
sometidas y maltratadas hasta el día en que, según cuentan los vecinos, desapareció
sin motivo aparente, dejándolas abandonadas a su suerte. Nadie denunció su desaparición,
ni tampoco nadie supo nunca que aquel tipo miserable se fue consumiendo lentamente,
día tras día, enjaulado como una bestia maligna, en la oscura humedad del
sótano de su casa.
Foto: Hellen Van Meene.
(Relato publicado en la página "El Bic Naranja.: Viernes Creativos" y escrito a partir de la foto propuesta).
Foto: Hellen Van Meene.
(Relato publicado en la página "El Bic Naranja.: Viernes Creativos" y escrito a partir de la foto propuesta).
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