“No hay que oponerse al destino”, dice
la echadora a su cliente antes de pedirle que corte con la mano derecha. Luego
despliega las cartas sobre la mesa formando un abanico multicolor y le cuenta
todas esas cosas que, a fuerza de venir a la consulta, ya les suenan a los dos.
Por fin llega ese momento especial en el que ella le mira tiernamente y asevera
con rotundidad que los arcanos vuelven a mostrar una mujer cercana que le
traerá felicidad y a la que tiene que descubrir. Muy cercana. Él inmediatamente
piensa en esa chica del delantal que siempre la abre la puerta con una
encantadora sonrisa. Quizás hoy, antes de irse, se atreva a preguntarle que cuando
libra.
1 comentario:
Pobre adivina, no le funcionó el truco. Ingenioso, me gusta.
Publicar un comentario