Don Amadeo



D. Amadeo ama el circo y de niño soñó con ser uno de esos artistas que forman parte de tan grandioso espectáculo. Sólo una vez se atrevió a confesarlo en casa y nadie lo tomó en serio. Sus padres le tenían marcado otro futuro. Hoy, convertido en ilustre notario, lleva la vida que esperaban de él. Lo que nadie sabe es que algunas noches, mientras todos duermen, se pasea desafiante, con mallas de funambulista, por las cuerdas del tendedero de su elegante edificio.

(Este relato quedó finalista en el V Concurso de Microrrelatos de Realidad Ilusoria)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Surrealistamente divertido, me ha arrancado una sonrisa, rozando la media carcajada. Bravo.
Luciano Montero.